LA HABANA.- Con el recuerdo de las protestas callejeras de julio aún fresco en la memoria de los cubanos, el Gobierno y los isleños se preparan para lo que se anticipa como una jornada de movilizaciones. Se esperan reclamos de democratización y apertura por parte de la oposición, denuncias de represión a los dirigentes que llaman a marchar y cuestionamientos al Gobierno de Miguel Díaz-Canel, que acusa a Estados Unidos de usar políticamente las marchas para favorecer su propio interés.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, condenó lo que calificó de tácticas de intimidación por parte del Gobierno cubano antes de las protestas y prometió que su país aplicará medidas para pedir cuentas por la potencial represión.
Los grupos de oposición han convocado la marcha para exigir mayores libertades políticas y la liberación de los activistas encarcelados luego de las protestas callejeras de julio, las más grande en décadas. El gobierno de Cuba ha prohibido la manifestación y sostiene que es parte de una campaña de desestabilización de Estados Unidos.
Blinken dijo que además de prohibir la marcha de hoy, el Gobierno cubano despidió a los partidarios de la oposición de sus trabajos y amenazó a los disidentes con encarcelamiento.
El dramaturgo Yunior García, fundador del grupo Archipiélago -que encabeza la convocatoria-, anunció que caminaría solo, en silencio y sosteniendo una rosa blanca para mostrar la naturaleza no violenta del movimiento. “No estamos dispuestos a que se derrame una sola gota de sangre, en ninguno de los lados de este conflicto”, enfatizó García.
Archipiélago solicitó permiso en septiembre para realizar las movilizaciones. Las autoridades cubanas declararon ilegales las marchas y alegan que los manifestantes están trabajando con Estados Unidos para derrocar al Gobierno.
“Mi marcha en solitario será en nombre de todos los ciudadanos a los que el régimen ha privado de su derecho a manifestarse el 15N”, escribió García. (Reuters)